
Nuestro templo parroquial no es solo una edificación; es el corazón de Oicatá y un testigo silencioso de más de cuatro siglos de historia, fe y comunidad. Sus muros de tapia pisada y su imponente retablo guardan las memorias de generaciones que, como nosotros, han encontrado en este lugar un refugio para el espíritu y un faro de esperanza. Para entender su valor, debemos viajar en el tiempo, a una época en que se sembraban las primeras semillas de la fe en el Nuevo Mundo.
¿Qué es un Templo Doctrinero?
El concepto de “templo doctrinero” nació en el siglo XVI como una herramienta fundamental para la evangelización en América. Las órdenes religiosas levantaron estas iglesias en los nuevos poblados indígenas con un objetivo claro: enseñar la doctrina cristiana. No eran simples capillas, sino complejos centros religiosos y sociales donde la arquitectura misma era una catequesis, fusionando planos europeos con la mano de obra y el arte de los artesanos locales.
Joyas de la Nueva Granada: Los Templos en Colombia
En Colombia, la región de Boyacá y Cundinamarca es especialmente rica en estos templos. Construidos para perdurar, se caracterizan por su robustez y una belleza austera. Elementos como la espadaña (el muro que sirve de campanario) y la cruz atrial son distintivos de esta arquitectura. Sin embargo, la verdadera joya se encontraba en su interior: el retablo mayor, una obra de arte tallada en madera y bañada en oro, diseñada para enseñar las historias sagradas a una población que no sabía leer.
Nuestro Templo de Oicatá: Un Tesoro Nacional
El Templo Doctrinero de la Inmaculada Concepción de Oicatá es uno de los ejemplos más puros y mejor conservados de esta herencia. Su construcción se remonta a finales del siglo XVI y principios del XVII, lo que lo convierte en una de las edificaciones más antiguas y significativas de la región. Su valor histórico y artístico es tan grande que fue declarado Monumento Nacional de Colombia en el año 1975.

Arquitectura
El templo conserva la estructura clásica de una sola nave, con imponentes muros de tapia pisada y una cubierta de madera de influencia mudéjar. Su fachada, sobria y elegante, está coronada por una espadaña de tres vanos que se alza como un llamado a la comunidad.

El Retablo Mayor
La joya indiscutible de nuestro templo es su retablo principal, una obra maestra del arte barroco neogranadino del siglo XVII. Tallado en madera y recubierto en hoja de oro (pan de oro), está estructurado para albergar pinturas y esculturas de incalculable valor, narrando la fe a través de la belleza.

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Un Legado Vivo que Continúa Creciendo
Este legado no es una pieza de museo; está más vivo que nunca gracias al trabajo constante de la comunidad y sus pastores. Un hermoso ejemplo de esta vitalidad es la reciente construcción y adecuación del Oratorio, un proyecto impulsado por el corazón y el trabajo de nuestro párroco, el Padre Jhon Fredy Gonzalez Pamplona.

Este nuevo y anhelado espacio de oración fue entregado a la comunidad y bendecido solemnemente por el Excelentísimo Monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, Arzobispo de Tunja, el 16 de agosto de 2025. Así, el mismo espíritu de fe que levantó los muros de este templo hace siglos, continúa hoy construyendo nuevos espacios para el encuentro con Dios, uniendo nuestro presente con la rica herencia de nuestros antepasados.